domingo, 26 de enero de 2014

“El Buen Vivir”, “la Plenitud de la Vida” y los procesos interculturales - Blanca Estela Fuentes Maldonado

Seminario Continental
Interculturalidad, sociedad y educación
Bogotá, 7 de octubre de 2013

           
I.                   El buen vivir, la plenitud de la vida, cosmovisión maya

“Estas voces que vienen de los primeros tiempos, hablan a los tiempos que vienen”.
 “(Eduardo Galeano).

“La vida y la humanidad se nutren de la riqueza de las diversas culturas”. Partiendo de esta convicción, voy a compartir lo que la cosmovisión maya aporta a la vida en constante interrelación y convivencia: una visión integral e integradora de la existencia, uniendo su aporte  a la construcción de una nueva oportunidad de vida para la humanidad.
Escuchar y acoger hoy, los aportes de la cosmovisión maya -Raxalaj Mayab´-,  llevan a cuestionar un mundo y una realidad  global y local que  se hace inviable,  de continuar con los desequilibrios, desigualdades y  exclusiones económicas, sociales, culturales, ambientales, tecnológicas. Las políticas económicas  excluyentes – las globales y las asumidas por los Estados -  demuestran el fracaso de la sostenibilidad de la vida humana,  al profundizar la injusticia,  la desigualdad, generando  mayor pobreza, mayor concentración  del capital y del poder.   En este momento las comunidades indígenas  se ven amenazadas en su derecho a la tierra y a la vida por la voracidad de las  empresas nacionales y transnacionales en contubernio con los gobiernos que otorgan licencias para la explotación de minas a cielo abierto y la construcción de hidroeléctricas, sin el consentimiento y consulta de las poblaciones y en muchos casos sin tomar en consideración las opiniones y manifestaciones de rechazo de las mismas comunidades, a pesar de que éstas se unen, se organizan,  luchan, resisten e intentan  llegar a acuerdos razonables para el buen vivir de la población.  La violación  de los derechos humanos individuales de la población en general, especialmente  los  derechos  colectivos de los pueblos indígenas, se ven postergados.  Esta situación nos plantea el reto de promover la vida,  defender la vida,  comprometernos con la vida en todas sus dimensiones Por todo ello   se hace imperativo enfocar la visión y la acciones a favor de la plenitud de la vida- K´aslemalil.
La cosmovisión maya es una fuente inagotable del espíritu  de la interculturalidad porque nadie es excluido, todo queda vinculado. La relación se da con  el universo, la tierra, la naturaleza, las personas, los animales, las plantas  y todas las cosas que existen. Para favorecer un buen vivir, la plenitud de la vida, una convivencia armónica,  se hace indispensable  el respeto a la madre naturaleza, a las personas y a todo lo que existe. Así como la relación de complementariedad, entre hombres y mujeres, la responsabilidad y la solidaridad. 

Cosmogonía maya
La cosmovisión maya plantea que cada una de las etapas de la formación del universo  es sustento para  la existencia de los otros seres. Cada parte desde lo micro hasta lo macro,  contiene la totalidad. Por  eso  se reconoce la misma dignidad  a todo lo que existe y, por lo tanto, se respeta el mismo derecho a existir.
Si cada parte es la totalidad originaria, pero diversa es su forma de expresión, es decir, de realización, entonces todas las expresiones de vida son complementarias entre sí.
La complementariedad es el resultado de la comunicación y entendimiento mutuo, es la forma de compartir el origen de la vida, y de volver a él permanentemente para continuar su evolución.  Este es el sentido de la co-creación.
La formación, es decir la materialización, tiene su sustento en la creación, en la energía. Sin energía vibracional no existe materia, pues la formación es expresión de la energía. El universo creado, con sus distintas manifestaciones,  llega  a la madurez para dar apertura a la existencia de la persona. Sólo después del paciente camino transitado para formarse, la Madre Tierra, expresión particular del Universo, inicia  su recorrido para alumbrar  uno de sus frutos más completos, “El averiguador, el buscador de la existencia”.
Creación de los animales, creación y formación de las personas, gente de tierra, de madera, gente de maíz.   “De Paxil, de Cayalá,…vinieron las mazorcas amarillas,  y las mazorcas blancas… Y así encontraron la comida y ésta fue la que entró en la carne del hombre creado, del hombre formado; ésta fue su sangre, de ésta se hizo la sangre del hombre.  Así entró el maíz por obra de los Progenitores…”Luego dieron las gracias al creador y al formador: ¡En verdad os damos gracias dos y tres veces!. …” (Popol Vuh).
En la creación y formación de la persona “esclarecida”,  la sabiduría de la Madre Naturaleza le ha dotado  de un organismo complejo que le posibilita percibir el universo, reconocer la fuente de vida, y relacionarse ampliamente mediante su conciencia. Varios ensayos se dieron para que esta perfección llegara a ser.
La sobrevivencia de la persona y de la continuidad de la humanidad depende de su conciencia, la cual, en su capacidad auto-reflexiva, se reconoce como fruto de la Madre Naturaleza y del Cosmos. Este ser creado se sabe   continuamente guiado y protegido por el Universo, la Madre naturaleza y los ancestros y agradece continuamente por su vida y su existencia, la existencia de todo lo creado y la vida de la comunidad y de los pueblos. La persona es el ser esclarecido que respeta, invoca, agradece, y alimenta las fuerzas formadoras y creadoras de la vida.  Quien está  llamada a la realización equilibrada y armoniosa de la vida.  Equilibrio que se dará si recobramos  nuestra interconexión con la Madre Tierra, el Padre Sol y la Abuela Luna, si recobramos  nuestra convivencia e interrelación fraternal con las plantas, los animales y la diversidad de la humanidad, para sentirnos y hacernos uno junto  con el universo. La reconexión con los orígenes es reencontrarse consigo mismo, como persona, como familia, como grupo, como pueblo, como humanidad.

La misión en la vida
Todas las personas fuimos concebidas y nacimos en un tiempo-espacio-movimiento del universo, el cual nos ha legado ciertas cualidades y facultades.  Por eso es necesario descubrir nuestras facultades y cualidades para cultivarlas, hacerlas florecer y ponerlas al servicio de los otros seres. En la medida que aportemos desde nuestras cualidades y facultades, estaremos realizando nuestras vidas y nuestra misión como seres cósmicos.
La destrucción de la sagrada naturaleza es una evidencia catastrófica  de nuestra desconexión con la vida.  De la misma manera las imposiciones, las invasiones, las represiones y las exclusiones, están llevando hoy al peligro de la destrucción de la vida.
Pero el universo nos enseña también un camino de  serenidad, reflexión,  recapacitación y  restitución. Porque las equivocaciones son parte del camino  que nos permite recobrar la ética de la responsabilidad, la libertad y la justicia.
Para continuar con la multiplicación de la vida, es imprescindible restablecer las estructuras y relaciones familiares, colectivas y sociales de inclusión, de complementariedad y de participación plena, para volver a ser como humanidad, posibilitadores de vida en su más extensa diversidad.

Convivencia armónica con el micro y macro cosmos
La Madre Tierra es un ser vivo que engendra, da a luz, alimenta, purifica y protege a sus descendientes. Ella es receptiva y se sintoniza con las energías del cosmos. En la relación con la Madre naturaleza, descubrimos que somos un microcosmos, y, entonces, desarrollamos el respeto por todo lo que existe, como principio primordial de relación.  No podemos sostener nuestra vida humana  sin respetar el auto-sostenimiento de la Madre Tierra.  Solo si todos los seres de la naturaleza pueden ser, solo entonces, la persona humana puede ser. El grito de la vida nos pide solidaridad entre humanidad y naturaleza. Solidaridad entre pueblos, entre comunidades, entre familias, entre personas. Solidaridad es reconocer que somos parte de un todo, que sin el todo no podemos ser, y que el todo necesita de nosotros. Convivencia y solidaridad son compartir   las esencias de vida con los animales, las plantas,  los minerales,  el viento, el agua con las personas.
Pero la humanidad actual se ha olvidado de la esencia de la vida,  y se ha dejado vislumbrar por la acumulación, por el dinero. Las expresiones de la vida dejan de tener su razón de ser  y son convertidas en objetos de utilidad económica: la tierra, los minerales, las plantas, los animales, el viento,  el agua, las personas.
Reparemos las heridas del pasado, y las agresiones del presente contra la Madre Tierra y contra la humanidad, para que surja la paz y la plenitud de la vida.
La desconexión con la conciencia y su sabiduría,  ha traído consigo el irrespeto, la autosuficiencia y la prepotencia. Desde la más íntima de las enfermedades, hasta la más colectiva de las violencias,  son expresión de desconexión y aislamiento de la vida cósmica y la naturaleza.
Todos los seres tienen derecho a vivir su vida plenamente, nadie tiene el derecho a amenazarla, cohibirla o cortarla. Porque cada engendramiento, cada nacimiento, cada crecimiento,  y cada madurez son un milagro de vida;  son expresión sagrada de co-creación.

Dualidad y complementariedad
El universo es movimiento de reciprocidad.  Sus estados y manifestaciones son siempre duales y de complementariedad. Oscuridad-luz; formación-desintegración; frío-calor; nacimiento-muerte; humedad-sequedad; día-noche; origen-madurez. Es la constante sintonía del universo entre sus particulares manifestaciones. La Madre Tierra se sintoniza permanentemente con el Padre sol y la Abuela luna. La dualidad es expresión de pares con cualidades diferentes pero complementarias. El día y la noche son una expresión hermosa de esa complementariedad.  Es la convivencia armónica entre distintos. La claridad es el movimiento, la acción, el trabajo, la producción, cultivo de vitalidad. La oscuridad es el reposo, el descanso, el reencuentro, la recuperación. Ambos estados se ceden el paso el uno al otro, se esperan, se unifican para la realización de la vida. Espiritual y energéticamente somos una dualidad entre realización y limitación, primavera y otoño, felicidad y tristeza. El punto de encuentro está en el aprendizaje personal y colectivo.  El aprendizaje es encuentro consigo mismo, para encontrarse en los otros.  Recíprocamente, cuando encontremos el ser de los otros, nos encontraremos a nosotros mismos.  Ha llegado el preámbulo del tiempo de la luz, tiempo de aprendizaje para volver a florecer y dejar florecer, recíprocamente.  Es necesario emprender ese camino,  creando y potenciando espacios de encuentro, de solidaridad, de reciprocidad fraternal.  Reciprocidad entre humanidad, entre humanidad-Madre Tierra y Cosmos.

Celebrar la vida
La celebración de la vida, es la celebración del equilibrio y de la armonía.  Celebrar es entender la razón de ser, el sentido de existir.  Porque todo en la existencia  tiene su razón de ser, tiene su misión.  
Ser estrella, ser galaxia, ser piedra, ser planta, ser persona tiene su razón de ser. Ser mujer, ser hombre; ser niño, ser joven, ser anciano, ser madre, ser padre tiene su razón de ser.  Encontrar y cultivar nuestra razón de ser, sólo se puede si establecemos comunicación  y relación con todos los seres que existen en el cosmos. El tejido de la comunicación y de la relación es presencia.  Presencia con nuestro respeto, nuestra voz, nuestra energía, nuestro trabajo. Cultivar nuestra presencia es tener conciencia de que no estamos solos.  Con nuestra comunicación, relacionamiento y presencia descubrimos la razón de ser de todos los seres de la Madre Tierra y del universo y entonces, el reencuentro con este tejido explica nuestra existencia personal.
El cultivo de la razón de ser y la presencia florece en la autoridad. El Padre Sol, la Madre Luna; la montaña, la laguna, la cueva; la sagrada naturaleza tienen autoridad. La autoridad viene de la realización de su ser y del ejercicio de su ser.  El ejercicio de su ser sólo se da mediante su entrega, su servicio, su respeto a la colectividad, a la Sagrada  Naturaleza,  a la humanidad y al cosmos. Sin su realización y sin su servicio no tendrían autoridad. Autoridad como respeto a la colectividad, como servicio a la colectividad, desde la razón de ser, desde la misión existencial que cada uno tiene.
La complementariedad de misiones y la interrelación de misiones existenciales hacen que la humanidad sea sociedad, sociedad en equilibrio y en armonía.  Porque vivir es compartir las responsabilidades, los sueños, la esperanza, la alegría, las limitaciones; vivir es compartir la existencia. La realización de la vida humana está en respetar, en vivir con armonía con la Sagrada Naturaleza, la cual nos da lo necesario para vivir dignamente.  Y la dignidad no está en la acumulación, en el acaparamiento, en la exclusión. La dignidad, está en el compartir, en la protección, en la reciprocidad. 
Todo habla. La vida es comunicación, su palabra siempre es aliento de vida, es sustento de vida. La palabra como medio de comunicación, es tejido de colectividad; crea colectividad.  Por eso la palabra es consejo, en el sentido de expresión de solidaridad para la realización de  la vida de los otros seres. La palabra respeta la libertad y la realización particular. Mediante la palabra comulgamos nuestro espíritu, para construir nuestro  ser cósmico, para realizar la plenitud de nuestra vida. Consejo en la familia, Consejo en la Comunidad, Consejo en la sociedad.
La cosmovisión del  pueblo maya  sigue alimentando un proceso que propone vida, equilibrio y armonía para todas y todos los seres humanos.  Construir y cosechar vida con justicia y armonía requiere superar aquellas relaciones, estructuras y condiciones  que generan muerte e injusticia.  (Raxalaj Mayab´ K´aslemalil)

La relación y convivencia armónicas y equilibradas que se propone desde la cosmovisión maya, contrasta  con las relaciones interétnicas conflictivas que se han construido a lo largo de la historia, desde la etapa pre-colonial, la colonia y el surgimiento del Estado hasta el día de hoy, construyéndose relaciones interétnicas basadas en la opresión, la explotación y el racismo, dándose relaciones desiguales de poder, y de negación de lo diferente, siendo esta diferencia motivo de desigualdades, con la pretensión de una igualdad homogenizadora.  Las diferencias culturales han sido   en provecho de un grupo en detrimento del otro, en el caso de Guatemala, en detrimento de la población indígena-maya, y de la población ladina empobrecida,  para justificar un sistema de dominación y exclusión. Lo que ha generado actitudes y procesos discriminatorios, dándose  un trato desigual en la sociedad, que excluye  de los derechos individuales y colectivos, de la participación real y la construcción de un Estado incluyente.
Guatemala, es un país pluricultural (por la diversidad de culturas que lo habitan); multilingüe (por los 25 idiomas que se hablan); y multiétnico ( por sus 25 etnias).  En los Acuerdos de Paz firmados en 1996 se reconoce que en el país cohabitan 4 culturas: Maya, Xinca, Garífuna y Ladina o Mestiza).

Ante esta realidad, el reto es  construir entre todos y todas una compartida nación interétnica,  justa y democrática. Por lo que se hace necesario garantizar el ejercicio igualitario de las prácticas culturales  diversas que conforman el ensamble cultural que es Guatemala. Esto implica no solo un respeto a las diferencias culturales, sino, al mismo tiempo, la previa condición de la institucionalidad democrática mínima que garantice todo esto desde el poder, que pasa por la crítica del poder ladino y criollo, para que en  la guatemalidad política y económica estén colocados de manera plena   los indígenas, y  las etnias minoritarias, respetando sus especificidades culturales. Hay que admitir que la  ladinidad es hegemónica y dominante;  y que este hecho debe corregirse mediante  una negociación interétnica que busca compartir y descentralizar el poder, así como democratizar las prácticas culturales.

Otro de los aspectos a  resolver es el mestizaje conflictivo que se ha vivido en Guatemala: la negación del “otro” como mecanismo de autoafirmación; la negación del indio que todo ladino lleva dentro (por razones originarias, coloniales, de mestizaje), y la negación del ladino que todo indio aborrece pero que tiene de modelo impuesto por la colonización y la opresión. Reconocer que la cultura y la identidad ladinas participan de la cultura occidental y de la indígena, sabiendo que se tiene ancestros africano, asiático, europeo.
Las crisis de identidad que se vive  requiere que asumamos que el “otro” habita en nosotros y que es parte constitutiva nuestra.  A partir de allí podemos establecer diferencias  y crear una normativa para que sean respetadas por unos y por otros.
Existen huellas de otros significados e identidades culturales en los significados e identidades propias.  La identidad maya o indígena y la identidad ladina no pueden definirse ni asumirse sin referencia al otro y a los otros. 
Para construir esa nación interétnica, justa y democrática, hace falta un sujeto de conciencia, que ejerza  la interculturalidad desde su diferencia.  Es un sujeto de conciencia, no importa si es maya, si es indígena, si es ladino de oriente, si es ladino del altiplano, si es ladino pardo de jalapa, no importa.  Sujeto que  es consciente y crítico de los  estereotipos inferiorizantes que maneja, y se niega a considerarse superior o inferior en relación a  los otros diferentes. 

 El  dar pasos decididos hacia una nación radicalmente democrática  nos plantea el  desafío  ABRIR CAMINOS A LA INTERCULTURALIDAD, y entre otras múltiples propuestas están  las siguientes:

*Si la  interculturalidad se caracteriza por el esfuerzo de comunicarse e interrelacionarse entre individuos y grupos,  y saberes culturalmente diferentes y de cooperar en forma solidaria, se plantea el desafío de  desarrollar una mayor comunicación e interrelación entre distintos sistemas de conocimiento, saberes y prácticas locales; y entre personas y grupos que se identifican de manera diferente,  buscando niveles de complementariedad  sin deslegitimar ni lo propio ni lo ajeno.  Se hace imprescindible intentar,   incentivar y potenciar  acciones de cooperación que permitan aprender, trabajar, y actuar de manera colaborativa, identificar asuntos comunes que nos afectan, analizar y resolver conflictos y problemas reales y actuales, y desarrollar actitudes de respeto, responsabilidad y solidaridad.

*Se requiere de Políticas interculturales que lleven a la comprensión del valor cultural de la contraparte, el “otro”, para lograr una comunicación intercultural fluida y no una diferenciación separadora, para hacer de las diferencias  un ejercicio cotidiano digno y orgulloso, como parte de un concierto más amplio de diferencias que reclaman su especificidad, asumiendo que cada mestizaje diferenciado  y específico forma parte de un todo multicultural, que requiere de su democratización en igualdad de condiciones, para realizar  acciones sociales y políticas plurales conjuntas (Morales).

*Para diseñar y poner en práctica políticas interculturales contra la discriminación y el racismo, es indispensable hacer participar a toda la ciudadanía multicultural en un proyecto económico incluyente, donde el desarrollo pleno y por tanto el ejercicio de los derechos humanos individuales y colectivos sean condición para la igualdad y la equidad (Morales).
                  
*La interculturalidad requiere un giro en cuanto a las formas tradicionales de relación entre las diferentes expresiones culturales, pasar de la negación al reconocimiento de las distintas identidades culturales que existen en el país, de la discriminación a la estima y autoestima étnica, y de las políticas genocidas por motivos  ideológicos, políticos y étnicos,  al  “nunca más”.

*Construir relaciones interétnicas que tengan de base el conocimiento y reconocimiento del otro y de la otra, que lleven a relaciones de confianza, comunicación efectiva, diálogo y debate, aprendizaje e intercambio, hará posible  la construcción de consensos y propuestas  diversas a favor de todos y todas.

*El buen vivir, la plenitud de la vida, requiere de  “ciudadanos interculturales en un país multicultural”.

 Dejarnos afectar por el espíritu de la interculturalidad que  nos aporta la Cosmovisión Maya,  abre  posibilidades  de transformación y humanización  de nuestras relaciones e interacciones y hará posible que éstas sean armónicas, para la construcción de un Estado Incluyente.
                           
Y para finalizar :

“¡Oh tú, Tzacol, Bitol! ¡Míranos, escúchanos! ¡No nos dejes, no nos desampares, oh Dios que estás en el cielo y en la tierra, Corazón del Cielo, Corazón de la tierra! ¡Danos nuestra descendencia, nuestra sucesión, mientras camine el sol y haya claridad! ¡Que amanezca, que llegue la aurora! ¡Danos muchos buenos caminos, caminos planos! ¡Que los pueblos tengan paz, mucha paz, y sean felices; y danos buena y útil existencia!... Que amanezca y que llegue la aurora”… (popol vuh)


BIBLIOGRAFÍA:
-Raxalaj Mayab´ K´aslemalil. Cosmovisión maya, plenitud de la vida. PNUD. Primera Edición. Guatemala 2006.
-Morales Mario Roberto. La articulación de las diferencias o el síndrome de Maximón. Edit. Consucultura.  Tercera edición aumentada. Guatemala 2008.
-Informe Nacional de Desarrollo humano 2005. Diversidad Ëtnico-cultural: la ciudadanía en un Estado plural. Guatemala 2005.
-Voces interculturales. Cátedra Unesco. Guatemala, 2010.
-Cultura maya e interculturalidad. PRODESSA. Guatemala 2010.
-Tejiendo Palabras que Liberan. Intered-Fundación Pedro Poveda. Guatemala, 2011.
-Popol Vuh. Adrián Recinos. Editorial Piedra Santa. Quinta Edición. Guatemala 1998.







Blanca Estela Fuentes MaldonadoProyecto Socioeducativo Xajanaj Kahalepana
Guatemala




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