Bogotá
5 de octubre de 2013
Palabras de saludo para el seminario PSE sobre Interculturalidad,
Sociedad y Educación en Bogotá en Octubre del 2013
Al iniciarse este Seminario PSE
quiero hacerme presente con un saludo que quisiera traerles ánimo y esperanza.
Al enviarles estas palabras pienso en ustedes, en los directivos de centros
educativos y proyectos sociales de la Institución en América y en todo el
entramado de padres, madres, amigos, colaboradoras y colaboradores que trabajan
y se esfuerzan por crear un proyecto con sentido y dirección y de hacerlo vida
y también, ¿Cómo no? Pienso en todas esas personas que crecerán e irán ahí
madurando su proyecto de vida y para el que ustedes serán inspiración,
contraste cercano y estímulo que empuja
siempre a nuevos retos.
En primer lugar quiero que juntos contemplemos desde la atalaya de
los más de diez años pasados esa Propuesta Socioeducativa de la Institución
Teresiana en Latino América. Al contemplarla, mirar de nuevo a su horizonte,
bien diseñado colectivamente de una sociedad, de un mundo más fraterno, más
justo, más habitable al que la Propuesta apunta con claridad y valentía. Mirar
las metas es siempre una llamada a recrearlas, a dejarse ganar de nuevo por
ellas, a sentir que otra vez nos nace el compromiso con nuevo empuje y una
renovada certeza de que el trabajo constante, el empuje por construir desde la
educación un tipo de persona y de sociedad merece los esfuerzos y los
sacrificios que lleva consigo todo sueño que quiere hacerse realidad.
Contemplar juntos desde la atalaya el
camino recorrido, tiene que llevarnos a reconocer con gratitud los logros
conseguidos en el camino colectivo, los retos superados, la historia de
salvación que se ha ido abriendo entre nosotros y descubrir emocionados que
Dios camina con su pueblo, que es El quien nos abre camino por los mares y nos
pone nubes luminosas y vientos favorables, que es su ternura que nos alienta y
su compasión que cubre nuestros cansancios. Es reconocer también todo lo que
hemos aprendido juntos y todo lo que debemos a quienes han caminado y empujado
la historia con nosotros, a nuestro lado, codo con codo.
Contemplar juntos desde la atalaya es
mirar con alegría y esperanza a esas personas que se han ido formando con
nosotros como agentes de transformación social y de cambio y sentir la
confianza en el futuro que puede construirse desde esas nuevas generaciones
para un Continente joven y lleno de vida que cada vez siente con más fuerza su
papel en la construcción de un futuro común, abierto y esperanzado. Es, a la
vez saber mirar con lucidez crítica el camino por recorrer, los retos de la
calidad y la mejora constante en esa tarea maravillosa de la educación
transformadora y empoderadora de grupos y de individuos, que ha sabido crear
metodologías y lenguajes comunes, experiencias significativas y contextos de
aprendizaje donde poder desarrollar el perfil de persona que requiere la
Propuesta Socioeducativa de la Institución.
En segundo lugar quiero resaltar la importancia del tema elegido
para el seminario: Interculturalidad, sociedad y educación. Creer y proclamar
la interculturalidad supone ya una mirada positiva a lo humano, sabiendo que lo
genuinamente diferente no debe de ser causa de dificultad sino de llamada al
descubrimiento, a la apertura, a romper el límite que nos habíamos impuesto a
nosotros mismos, quizás sin darnos cuenta. La mirada “con simpatía a todo lo
humano”, camino por el que nos introduce el carisma de la Institución Teresiana
nos apoya a hacerlo con valentía y con seriedad, como lo hacía Poveda, con
obras y en verdad. A mirar con simpatía los mestizajes que nos han ido
construyendo en lo que somos como personas, como grupos, como pueblos y a mirar
con esa misma mirada positiva lo que viene de otras tradiciones culturales que
hoy viven a nuestro lado en las sociedades plurales, variadas y ricas que nos
ha tocado vivir.
Mirar con simpatía no supone ni
copiar, ni traicionar nuestros elementos de identidades más genuinos, ni
dejarnos asimilar por modelos dominantes que puedan arrastrarnos a la
superficialidad y al conformismo. Supone, no el deseo de suprimir lo diferente
sino el saber pasar del respeto y la valoración inicial a la lucidez crítica y
la profundidad en la mirada que descubre lo verdaderamente valioso que se nos
ofrece y lo que nos puede ayudar a la construcción colectiva por ser nuevo,
distinto, genuino y capaz de empujar nuestras fronteras de lo conocido y
experimentado a lugares nuevos de lo verdaderamente humano. Supone, no la negación, la
trivialización o la condena sino la
pregunta sincera, la escucha abierta, la acogida al misterio que vive a nuestro
lado.
Por la gran importancia que para
nuestro modo de educar tiene la interculturalidad les invito, les animo a que
profundicen en el tema y en sus impactos en la educación y en la sociedad para
comprender mejor y aportar nueva luz a las causas que subyacen en los procesos
por los que los individuos y los grupos caminen hacia las segregaciones
estériles, las marginalizaciones dolorosas, las asimilaciones acríticas, las integraciones creativas capaces de
aportar y renovar las sociedades y los grupos.
El tema no es un tema ni mucho menos resuelto y les invito, por eso a
dialogar para aportar luces nuevas en un punto necesitado de reflexión y de
líneas de actuación claras.
Pero el objetivo general del
seminario tiene una mayor especificidad: profundizar en las relaciones entre
globalización, diversidad cultural y educación en la perspectiva de la Propuesta Socioeducativa Educar en tiempos difíciles. Dada la densidad del tema, les animo a
entrar por las muy interesantes cuatro vías de análisis y de abordaje: la profundización en las diferentes
lecturas del proceso de globalización, o los distintos posicionamientos ante la
relación multiculturalismo y la interculturalidad o los diferentes conceptos de la educación intercultural así
como sus implicaciones para llegar a una oferta propositiva para los centros
educativos y los proyectos sociales. Todo ello, nos permitirá seguir avanzando
en el desarrollo del camino que juntos hemos iniciado.
Ojalá que el seminario sea muy
fecundo y que puedan profundizar en la naturaleza ambivalente de fenómenos como
la globalización que mientras nos ofrece nuevos caminos interesantes de
dialogo, comprensión y acercamiento a otras regiones de nuestro mundo puede
también homogeneizar, haciendo desaparecer ricas variedades que nacen de la
riqueza de la creación o de los maravillosos entretejidos humanos que se han
ido construyendo. Ojalá que nos haga descubrir más y reforzar las nuevas vías
de aproximación a un fenómeno que convive ente nosotros y al que se intenta
abordar con un nuevo enfoque construyéndolo no desde arriba y desde la homogeneización
sino de abajo arriba, conservando el control desde las regiones y los grupos y
por lo tanto edificado desde la variedad y la aportación de las concepciones de
todos.
Finalmente, en tercer lugar, les
pediría que profundizaran en la recientemente redescubierta necesidad de focalizarlo en la persona que
educa. Parece que en nuestro momento histórico, habiendo ya avanzado en los
métodos recién creados, en los programas de calidad bien probada, en los
contextos educativos que son capaces de provocar experiencias significativas….,
estamos redescubriendo de nuevo aquello que en 1912 escribía Pedro Poveda: “Dadme una vocación y os devolveré una
escuela, un método y una pedagogía”.. (P. Poveda Consejos a las profesoras
y alumnas de las primeras Academias de Santa Teresa, Oviedo 1912) y se está
volviendo a focalizar de nuevo en la formación y el perfil de los educadores,
en profundizar en la fuerza interior de unas convicciones o en la capacidad de
“resilience”, que hemos vuelto a descubrir.
En la última afirmación oral que
presentó hace unos días en Ginebra el
grupo que trabaja en Naciones Unidas por el derecho a la educación y a la justiciabilidad de este derecho y en
el que la IT está colaborando con otros grupos, aparece la afirmación de la
necesidad de formar a los educadores , como uno de los puntos de acuerdo
redescubiertos. Son estas personas, las que de verdad tienen el compromiso y la
llamada a la educación como transformación, los que pueden a la postre abrir
horizontes, hacer los puentes de valoración, seguir los aprendizajes, estimular
los saltos necesarios, que empujen actitudes propositivas, innovadores, que
hagan visionar el futuro de modo creativo y sin miedos, de saber acoger y
potenciar todo lo de verdad humano aunque venga de caminos diferentes.
Termino con una gran esperanza; la de
saber que este esfuerzo de articulación y dirección conjunta que es la
Propuesta Socioeducativa está teniendo cada vez raíces más profundas y más
comprometidas en los distintos lugares de nuestra geografía teresiana y muy
especialmente en ese querido Continente con tantos retos, tantos elementos
culturales diversos, tantas pertenencias, tantas amenazas y tantas
posibilidades como se abren para el futuro de nuestras sociedades y nuestros
pueblos.
Es para nosotros y nosotras una
alegría, un sueño que se va haciendo realidad, seguir impulsando estos
desarrollos en nuestros Centros,
Proyectos y presencias de misión en los que colaboramos con otras y otros
queriendo hacer presente el Proyecto del Reino de Jesús.
Muchas gracias
Maite Uribe
Directora General
Institución Teresiana
Directora General
Institución Teresiana